sábado, 12 de enero de 2008

Versión 2008

Ya. Ahora estoy feliz, ando riendo todo el día, como muy esperanzada. No se de qué, y no me interesa. Sé que cosas buenas vienen y pasarán, y siento también el acomodo, la certeza de cómo todo va encajando en su propio sitio. Pero también tengo clara mi parte; para que esas cosas buenas que están a la expectativa realmente pasen (sic), es necesario hacer lo que hay que hacer, lo que el cuerpo y el alma piden; a saber: alimentarse y dormir adecuadamente, cuidar el cuerpo y el alma con meditación y yoga; liberar el corazón de las emociones ocultas y dejarlas fluir a flor de piel; y liberar el espíritu con el viaje permanente, con la búsqueda de espacio y conocimiento en lugares diversos, y claro, el compromiso inclaudicable con uno mismo, que es a la vez parte de todo; el compromiso con la vida que hace posible la confianza absoluta.